Artículo de Opinión de Ricardo Zamora, presidente de Turismo de Murcia Convention Bureau. Publicado en el diario La Verdad del martes 19 de febrero de 2019. 

Cuando hablamos de turismo nos vienen a la cabeza las vacaciones, el sol, la playa, las escapadas y los cruceros. Hay, no obstante, otra cara menos habitual, aunque no por ello menos importante, en el imaginario colectivo: la del turismo de negocios, o como ahora le llamamos, turismo MICE (del inglés “meetings, incentives, conventions and events”). En definitiva todo aquel turismo que tiene que ver con los eventos, congresos, convenciones y demás reuniones profesionales y para el que las ciudades crearon hace ya años los “Convention Bureaus” u oficinas de promoción de la ciudad, que trabajan con el objetivo de atraer hacia ellas los miles de eventos que año tras año buscan sede para su desarrollo en España y en el mundo. El de nuestra ciudad, por ejemplo, acaba de cumplir 20 años y reúne a alrededor de un centenar de empresas.

Se trata de un sector que lleva años reclamando su importancia y que mueve en nuestra ciudad nada menos que el 12% del total del mercado turístico. Un dato importante, si nos comparamos con otras ciudades de nuestro entorno.

Parece evidente que una ciudad con las características que tiene Murcia (dentro de ella y sus alrededores) debe basar parte de su crecimiento y bienestar en el turismo. Cada turista que viene y se hospeda en la ciudad genera riqueza en la hostelería, el comercio y demás negocios particulares de la ciudad.

En este sentido, el turismo MICE aporta un ‘plus’ que me parece más que interesante destacar. Y es que, permítanme la expresión, los ‘Convention Bureaus’ están aquí para algo más que llenar habitaciones de los hoteles.

El turismo de eventos o MICE, está considerado hoy como uno de los grandes motores en la dinamización de la economía y la sociedad, no ya solo por su potencial turístico para mover profesionales de unas ciudades a otras en la celebración de reuniones y congresos, sino por la oportunidad que suponen a la hora de reunir talento y generar proyectos a largo plazo. Lo que es, a fin de cuentas, dejar un legado a la sociedad.

Cuando una ciudad congrega a especialistas en una determinada área médica, económica o de investigación, la disciplina en cuestión entra en ebullición. De estas reuniones, cada vez en mayor medida, surgen iniciativas, equipos y proyectos que hacen avanzar a la sociedad, generando riqueza y bienestar. Muchas ciudades lo han visto claro y quieren ser el lugar dónde todo esto ocurra, y por qué no, donde los proyectos que emanan de todos esos eventos, vean la luz y se desarrollen.

Nos montamos de esta manera en el tren del desarrollo económico y social de las ciudades, en el tren de la innovación y del desarrollo de la marca-ciudad. Pero atraer este tipo de eventos no es fácil, se requieren infraestructuras y comunicaciones que hagan competitivo al destino.

Murcia ocupa hoy el puesto número 12 de las ciudades españolas en cuanto a celebración de eventos y congresos. Todo un logro si tenemos en cuenta que nos encontramos en las antípodas de lo que es una ciudad bien conectada. Imaginen nuestro potencial compitiendo en igualdad de condiciones.

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